El equilibrio entrópico consiste en un equilibrio de las fuerzas positivas y negativas. Un equilibrio que en teoría existe absolutamente en todo lo que nos rodea y constituye. Estas dos fuerzas se pueden ejemplificar dentro de un plano cartesiano en el que podemos localizar positivos y negativos. Es conveniente aclarar que no se trata de dualidades entre lo "bueno" y lo "malo", sino de opuestos. En el caso de lo bueno, sin duda lo opuesto es lo malo, pero también sabemos que lo opuesto de lo alto es lo bajo, y sucesivamente con otros ejemplos.
Ahora, tomando esta teoría como una verdad del universo, podemos analizar una noción muy interesante. Si hablamos de un equilibrio entrópico en todo organismo hasta el momento de su muerte, hablamos de un mundo en el que habrá periodos de guerra y periodos de paz. Hablamos de un México en el que habrá periodos con mucha contaminación y periodos con poca.
Claramente este equilibrio se da a corto o a largo plazo, dependiendo del periodo de vida del organismo que estemos analizando. Si nuestro objetivo es analizar el Universo, diríamos que el Big Bang sería parte de uno de los dos procesos, y si pensamos que es este el que generó la vida que hoy conocemos, debemos pensar que se trata del proceso que organiza, del proceso positivo. El problema de pensar en un organismo con un promedio de vida que desconocemos actualmente, como lo es el universo. En este caso sería mucho más difícil realizar un análisis sobre su equilibrio entrópico. Lo que sí podemos analizar son organismos cuyo periodo de vida sea menor que el del universo propio.
La intención de este texto es hacer un resumido análisis de lo que sucedería si analizáramos el proceso del equilibrio entrópico en el organismo humano.
Si pensamos que el humano vive situaciones positivas y negativas por igual, entonces podemos pensar que en el específico rubro del "disfrutar y sufrir"; el humano sufre y disfruta por igual. Con esto no quiero decir que todos sufran y disfruten las mismas cosas, sólo digo que todos viven equilibrados, en un mundo que no puede ser peor ni mejor, en un mundo que es totalmente neutral.
De ser esto cierto, lo menos importante es quién seas, cómo seas, o de dónde seas; porque queriéndolo o no, habremos de disfrutar y sufrir exactamente lo mismo que todo otro humano existente.
Muchos podrían argumentar que existen casos en que hay más sufrimiento que en otros, sin embargo creo el sufrimiento y el disfrute son sentimientos totalmente subjetivos y dependen por completo de cada persona; probablemente para mi sufrir sea cuando no tengo tiempo para hacer las cosas que me gustan, sin embargo puede ser que este mismo sufrimiento lo experimente alguien que no ha podido comprarse unos zapatos que ha deseado durante las últimas dos horas. Y lo mismo en ejemplos más extremos aún.
Ahora, veamos el caso de un bebé de dos meses que muere repentinamente; también podrán argumentarnos que el bebé ni siquiera pudo vivir suficiente como para disfrutar o sufrir, es más, ni siquiera tuvo la capacidad de saber lo que es disfrutar o sufrir. Desde mi punto de vista esto es irrelevante. Así como hablamos anteriormente, el equilibrio entrópico depende completamente de la vida del organismo, y si un bebé vivió dos meses, esos dos meses fueron totalmente equilibrados. También es irrelevante la capacidad que pueda tener el bebé para darse cuenta de que sufre o disfruta; el poder entenderlo no nos da la posibilidad de sentirlo, el sentir existe desde el momento en que como seres humanos existimos.
En consecuente surgen muchas preguntas. Dos sencillas, ¿por qué hay gente que parece sufrir más? ¿Por qué hay gente que decide terminar con su vida a causa del sufrimiento? En un punto de vista personal, creo que no tiene que ver con la cantidad de sufrimiento, sino con la capacidad de soportar el sufrimiento.
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Este texto no es más que una idea brevemente desarrollada. Toda aportación a las ideas relacionadas con el mismo son completamente bienvenidas.