viernes, 3 de junio de 2011

La Verdad

La verdad supera a la mente.
Pareciera que esta conclusión me lleva a no escribir.
Percato lo insignificante de mis letras junto al mundo.
Por cierto, ni siquiera son mis letras.
La cosa es que nada tiene sentido. La cosa es que, poco a poco pierdo la capacidad humana de hacer como si las cosas tuvieran un sentido.
Me doy cuenta de la realidad, y pienso como mi primo de 13 años: ¿por qué no somos como los animales? Ellos tan solo aceptan al mundo, a la vida. Ellos no juzgan. Ellos no buscan más de lo que necesitan.
Creo que ESA es la respuesta.
Creo que me doy asco por buscar una respuesta.

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